miércoles, 10 de septiembre de 2008

NO JUGUEMOS CON LA MATERIA

El vehículo se iba desplazándo lentamente por una carretera ya apenas perceptible. Era una máquina de gran tamaño y peso, y aún así, no podía evitar aquellas fuertes vibraciones que hacían temblar toda su estructura y le obligaban a mantener aquella velocidad. Dentro de su espacioso cubículo, cuatro tripulantes seguían atentamente las indicaciones que les facilitaban unos monitores instalados sobre varios paneles; números y gráficos aparecían y desaparecían en monótona regularidad, nadie hablaba, solo se escuchaba el lejano ronroneo del motor que hacía mover aquella máquina hacia su destino. Un hombre de mediana edad con una barba de varios días y unas gruesas lentes de pasta estaba sentado en una amplia butaca en la parte de atrás y no le quitaba ojo a la información que provenía de una voluminosa máquina en forma de cubo, sujeta fuertemente al suelo. Un panel transparente permitía observar unos campos electromagnéticos que se desarrollaban en su interior creando filamentos luminosos que se entrecruzaban entre si como si de una danza se tratara; mirarlo mucho rato podía llegar a crear un efecto hipnótico, pero no era el caso para Oscar Hole, el lo había construido paso a paso, conocía cada filamento de sus sistemas y era el único que podía entender el lenguaje que aquellos relámpagos de luz transmitían.
- Arthur, aumenta la velocidad a 20 y mantengala hasta que le avise Ordenó a un hombre corpulento, cabello cortado a cepillo, que estaba sentado ante lo que padecían los mandos del vehículo
- Muy bien profesor – contestó mientras tecleaba en su monitor los nuevos parámetros de desplazamiento. – Cuanto cree usted que van a durar estas nuevas vibraciones,

Tras meditar un par de segundos le respondió – No creo que nos dejen ya, estamos entrando en la zona crítica y ahora eso solo puede ir a peor-

Volvió el silencio, los otros dos tripulantes no realizaron comentario alguno, ni tan solo apartaron la mirada de sus equipos. Oscar Hole se inclinó hacia atrás apoyándose en el respaldo de su butaca y miró por la pequeña ventana que daba el exterior, allá afuera pudo observar aquel mundo desenfocado, esta podría ser la mejor descripción para lo que iba pasando ante sus ojos. Había muy poca luz, el cielo estaba cubierto de un manto oscuro en continuo movimiento, sabía en que lugar se encontraba, pero le era imposible identificarlo, eran los Pirineos, sin duda, la situación en el mapa así lo decía, pero aquellas montañas que en aquel momento estaban cruzando parecían moverse con unos desplazamientos bruscos que le recodaban mucho a los saltos que se producen en la imagen de una televisión cuando la señal sufre interferéncias, pero ahora no se trataba de ninguna emisión lejana, estaba viendo algo que sucedía en aquel mismo momento y lugar.

Busco en el bolsillo de su cazadora y saco una foto, al mirarla se vio a él mismo, aún un niño, sentado junto a un hombre alto y delgado de aspecto desaliñado que le rodeaba con su brazo y sonreía mientras saludaba a la cámara. Su madre le había sacado aquella foto junto a su padre, durante su estancia en Toulouse; se les veía felices, quedaban lejos aún los hechos que habían desencadenado la desgracia a su familia y posteriormente la tragedia mundial que en aquel mismo momento estaba intentando evitar. Su padre era un Físico muy famoso y en aquellos tiempo formaba parte de un selecto equipo de científicos que estaban construyendo en el sur de Francia un acelerador de partículas, una inmensa máquina que tenía que permitir al mundo de la ciencia lograr grandes avances en el descubrimiento de una nueva energía limpia e inagotable. Estas fueron siempre las premisas para aquel impresionante proyecto, y en el se volcaron medios y dinero de muchos países, pero cuando estaban ya en la fase mas avanzada de su construcción, comenzaron a suceder extraños suceso que hicieron dudar a algunos de su viabilidad. Fue su padre uno de los que mas dudas empezaron a tener sobre las consecuencias del experimento y así lo hizo notar a los demás, pero las presiones eran muy fuertes y sus teorías solo eran compartidas por muy pocos miembros del equipo y aún así consideraron que las posibilidades de riesgo eran tan insignificantes que no valía la pena tenerlas en cuenta. Pero su padre Pilippe Hole, si que las tuvo en cuenta y su insistencia en ello le hizo ser despedido del “proyecto” y que le convirtieran en un paria para la comunidad científica; le desprestigiaron cruelmente con el objetivo de que nadie quisiera escuchar sus opiniones ni teorías.

Recordaba los años posteriores, el tenía 16 años y había acabado ya el bachillerato Su padre se había empeñado que siguiera estudiando aunque tuvo que hacer grandes sacrificios pero al fin pudo conseguirle una beca en una Universidad, gracias a algunas argucias y a un buen amigo que les ayudó con la condición que nadie lo pudiera saber. Fueron tiempo duros para toda la familia, nadie le quiso dar trabajo, ninguna universidad quiso tenerlo entre su profesorado y no lo supero, dos años mas tarde moría de un infarto fulminante mientras estaban en casa mirando la televisión, curiosamente en el mismo momento en que las noticias informaban de una serie de accidentes inexplicables que se estaban produciendo cerca de la ciudad de Toulusse; recordaba como se giro hacia su madre y a él, que estaban en la mesa leyendo ,y les grito “ Tenía razón, Dios mio, ya ha empezado”, no pudo pronunciar nada mas, su cara se volvió violácea, boqueo unos instantes y murió.
- Profesor Hole, mire eso - La voz de Michelle, una de los otros tripulantes, le hizo regresar de sus recuerdos. Se levanto de su butaca y fue hacia la de la mujer que le había llamado.

-Fíjese estamos solo a unos diez kilómetros de entrar en la zona oscura- Pronunció estas palabras con un ligero temblor en su voz. - Como vamos a orientarnos a partir de ahora?.

Oscar volvió a su asiento y dijo - Arthur haz detener este trasto”

Cuando el transportador se hubo detenido se volvieron los tres hacia él esperando instrucciones, se podía notar la tensión en sus rostros, eran conscientes de lo que les esperaba allí enfrente

- Bien amigos, hemos llegado al punto crítico, desde este momento el “estabilizador” va a tomar el control del vehículo, ahora nuestra obligación es controlar que nada falle y podamos llegar hasta la zona X, una vez allí ya sabéis lo que hacer

Todos movieron la cabeza en silencio.

Se que estáis entrenados para esta misión pero de ahora en adelante las cosas se van a acelerar y todo va a ser nuevo, no debemos intentar comprender lo que vamos a ver ni que ocurrir a nuestro alrededor, nuestra mente no debe dejarse llevar por la confusión, eso sería terrible, solo fijarnos en lo que nos indica nuestro guía, funcionar como una máquina y poner nuestras vidas en su manos, perdón, mas bien en sus circuitos

Forzó una sonrisa en los rostros serios que le estaban escuchando antes de que volvieran a concentrarse en sus instrumentos y en sus pensamientos. El vehículo inició otra vez su lenta y pesada marcha, pero ahora ya no era Arthur quien llevaba los mandos. Solo observaba como una mano invisible iba moviendo los mandos de control.

Fueron avanzando por un espacio cada vez mas confuso que parecía desplazarse hacia una misma dirección, todos los objetos parecían realizar este movimiento, cambiando constantemente de forma y girando como si se tratara de un inmenso tornado de centenares de kilómetros de diámetro. Oscar Hole era consciente de que era el poder de la energía de su máquina lo que les mantenía estables. Pensó en su padre, le gustaría saber lo que estaba a punto de realizar en aquel momento. Fue su padre quién vaticinó que aquel acelerador de partículas podía acabar provocando lo contrario a lo que se pretendía, se buscaba el origen de la materia, pero se habían desatado las fuerzas de la anti-materia, y se había escapado al control de los seres humanos, ahora se encontraban ante un diminuto agujero negro que poco a poco iba tragándose la tierra y todo lo que en ella habitaba

-Michele.., cuanto queda para entrar en el núcleo - Alzo la voz pues el ruido era ya tremendo
- En un minuto entramos profesor… creo que voy a rezar… poco podemos hacer ya

Solo quedaba un minuto, apenas sesenta segundos para pasar al otro lado; si sus teorías eran ciertas en un momento cruzarían hacia un espacio desconocido, a otra dimensión tal vez? Si era así encontrarían el mismo efecto pero al contrario, y allí era donde su alterador de campos magnéticos tenía que demostrar su capacidad para cerrar el agujero; si fracasaban desaparecerían sin mas, si tenían éxito nunca podrían volver.

Cuando se inició el proceso final, Oscar Hole dejó de prestarle atención a lo que le rodeaba, apretó con fuerza la foto de su padre en su mano y se pregunto a si mismo que verían sus ojos cuando volviese a mirar por la ventana del pesado y voluminoso vehículo que ya parecía flotar en un mar de materia que iba desapareciendo engullida en un oscuro abismo

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me comento a mi mismo, que pedante.
Este relato ha sido un poco improvisado y lo escribi hace ya algún tiempo sin que me pareciera aporpiado publicarlo. Pero hoy he leido que en Suiza han iniciado las pruebas con un acelerador de partículas buscando conseguir energia por el metodo de la Fusion nuclear. Asi que os lo presento y espero vuestros comentarios

Anita dijo...

Hola Juan,
Me ha gustado el relato, sobre todo como introduces el por qué de lo que está sucediendo, conviertes la historia de ciencia ficción en creible con los detalles familiares. Y claro, al ponerlo en el contexto actual, me ha hecho sentir vértigo. Muy bien! no seas tan crítico contigo mismo. El lector siempre percibe las historias de una forma diferente que el autor.
Ana

Anita dijo...

Ahhhhhhhhh, se me olvidaba, Gracias por darme la dirección del blog y poder entrar en vuestro mundo de exploración literaria. Confieso que el primer día me quedé enganchada leyendo hasta las 3 de la madrugada pero hasta hoy no he resuelto el misterio de cómo poder insertar comentarios...la informática se me resiste!
ANA

Eloisa dijo...

Juan, me ha gustado el tema del relato y mantienes la incertidumbre hasta el final. Me gusta el detalle de la foto del padre. Personalmente te comento dos cositas que a mí me han cojeado: la primera descripción se me hace un poco larga y embrollada, y me falta un final, me he quedado un poco.... preguntandome ¿que pasará?, y si realmente al final no pasa nada, es una buena descripción pero me falta el desenlace. Elo.

Anónimo dijo...

Me gusta la descripción del inicio y como realizas la introducción de los acontecimientos, pero coincido con Elo en que quizas falte un final más cerrado (al menos yo esperaba saber que iba a pasar,¿es que va ha haver segunda parte?).

Creo sinceramente que cada vez tienes un estilo de escribir mas definido.

Bravo.

David Finch dijo...

Me gusta el relato Juan.Me gustan las descripciones que haces, me meten mucho en el mundo del relato.Y el tema es de puta madre(bien actual!).Pegas:lo tópico del relato en ciertos puntos(la espiral donde entran...),le daría más fuerza a los dialogos y me faltan unos buenos latinajos,tecnicismos y palabrejos para darle verosimilitud al tema tocado.He dicho!