domingo, 25 de mayo de 2008

Visiones

Cuando Jacinta regreso a casa después de su operación de la vista, comprendió que desde el accidente en coche junto a su marido 3 años atrás, había estado viviendo una mentira. Recuperar la vista y saber la verdad, no la hizo feliz, al contrario, la lleno de insatisfacción y tristeza para el resto de sus días.

Comenzaré por contarles como su vida cambio hace 3 años, cuando iban por la carretera central, Roberto no diviso una luz en rojo y un enorme camión los golpeo dejándoles inconcientes. Cuando Jacinta despertó, 2 semanas después, sorprendida se dio cuenta que no podía ver, aquel golpe la dejo ciega y los médicos no le supieron dar ninguna solución inmediata para aquella desgracia repentina.

Después de este hecho, Jacinta tuvo que comenzar casi de nuevo, sus hijos y su esposo le ayudaron incondicionalmente, le guiaron poco a poco hasta que pudo aprender de memoria cada rescoldo de su casa. A partir de allí, vivió sin afectar ningún aspecto de su vida. Aunque sus hijos le insistían que abandonara la casa, y que se podían encargar de ella, ella se negaba alegando que Roberto; tan dulce como siempre, le estaba ayudando en todo y que nada le faltaba. Ante tanta convicción y terquedad, sus hijos no tuvieron más remedio que rendirse y elegir visitarla a diario para verificar que todo estuviera bien.

Roberto no la abandonaba jamás, le guiaba mientras ella intentaba encargarse de las pequeñas labores de casa, le hablaba para hacerle compañía, compartía el baño diario para mimarla, la acariciaba y algunas veces, inclusive, la llevaba a pasear por la orilla de la playa, donde en su juventud le declaro su amor eterno. Jacinta estaba feliz, dentro de aquella desgracia que cambio su vida, y nunca culpo a su marido por lo ocurrido, pero noto que sus hijos, siempre que iban a casa, le ignoraban y evitaban a toda costa hablar o dirigirse a su padre. Ella trato de que hicieran las pases, pero siempre le pareció que la evitaban y cambiaban el tema.

Rigurosamente Jacinta iba a los chequeos médicos, acompañada de su Roberto y sus hijos, miles de veces debió de escuchar que debía resignarse y que tenia que aceptar lo que Dios había dispuesto, hasta que un día su medico le dio la maravillosa noticia de que con una simple operación podría recuperar la vista y proseguir con su vida anterior. Programaron la intervención para el día siguiente. La pobre Jacinta iba la mar de contenta de vuelta a casa, sus hijos manifestaban lo felices que estaban por aquel cambio del destino pero Roberto no hablo, y ya cuando se disponían a dormir, la beso suavemente en los labios y le dijo:

-¡Estoy feliz por ti! ¡Recuperaras la vista cielo! ¡Ya no me necesitaras más!

Ella se rió a carcajadas y le contesto ¡Que dices necio! ¡Jamás dejare de necesitar de tu amor!

¡Jacinta cariño, solo he estado aquí para enmendar mi error de alguna manera! ¡Para acompañarte durante esta oscuridad! Cuando recuperes la vista, mi misión habrá terminado! Podré irme en paz.

- Roberto, ya duérmete! Me tienes loca con tanta tontería.

Cuando Jacinta despertó de la operación y abrió los ojos, se encontró con sus hijos amados, cada uno con una sonrisa y un inmenso deseo de su respuesta…

-¡Puedo ver tesoros! ¡Puedo ver!... Todos estallaron en júbilo y se abrazaron con fuerza, a lo que ella pregunto

-¿Dónde esta mi Roberto? ¿Quiero ver lo viejo que se ha puesto? Grito con fuerza.

- ! Para ya mama! ! No te das cuenta!!Nuestro padre ya no está con nosotros! ¡Nos ha dejado aquel día del accidente! ¡Ya no puedes seguir con esta fantasía tuya!

Jacinta no hablo, una pequeña lágrima se deslizo por su mejilla, hiriendo en camino a su viejo corazón. Comprendió finalmente todos aquellos vacíos, aquellos hechos inexplicables que ignoro durante estos 3 años y sobretodo, aquella conversación de la noche anterior, donde Roberto se despedía. En un gesto de desesperación cerro sus ojos, volviéndose a la oscuridad de hace unas horas, tratando de encontrar a Roberto en ella, y fue allí en un segundo donde sintió una pequeña caricia, que recogía aquella lagrima con un dedo. Fue entonces cuando ella sonrió diciendo:

¡Adiós cariño!

3 comentarios:

Maite dijo...

Se confirma que Roberto era Bruce Willis? jejeje

Me encanta este relato... un montón!

suescun dijo...

Hola Carmen, me llamo Catalina Suescún soy estudiante de la UPB Medellín Colombia, en la universidad nos han propuesto un ejercicio que consiste en elegir un cuento de este blog para realizar ilustraciones de el. Me gustaría hacerlas sobre este cuento, y contar si es posible con su ayuda en el proceso de estas.

Muchas gracias

Mi correo es Supica13@hotmail.com

Catalina Suescún

Lucho Salazar dijo...

Hola Carmen, mira soy estudiante de la UPB, y te cuento que estamos realizando un trabajo de ilustración con un cuento, yo escogí "Visiones", porque me pareció muy interesante y un muy buen relato.
Pero quisiera saber si hay alguna posibilidad de que podamos contactarnos, para hablar un poco mas acerca de este relato tan interesante.
Un abrazo y hasta pronto.

te dejo mi mail: Luchotesalazar@gmail.com